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¿Qué es el radioteatro?

 

El radioteatro es un género radiofónico no periodístico que se consolidó en las primeras décadas del siglo XX y que alcanzó su cénit en 1938 con el conocido montaje de Orson Welles de La guerra de los mundos. Todos hemos oído hablar de las radionovelas de los años 70 y de cómo, por aquel entonces, la televisión comenzaba a hacer sombra a la radio.

En los últimos años en los que la innovación tecnológica avanza a pasos agigantados, este medio ha necesitado reinventarse para sobrevivir a nuevas formas de entretenimiento. Y esto ha sido posible gracias a Internet, el monstruo de las TIC, que ha absorbido a los demás medios tradicionales. Mediante el streaming, la radio ha podido adaptarse al nuevo entorno y ha hecho extensiva su difusión a cualquier dispositivo electrónico conectado a la red. La aparición de plataformas de podcast o de emisoras de radio que ofrecen sus programas online ha contribuido a perpetuar la labor radiofónica.

 

Generalmente, en la radio, la voz se erige como único instrumento, junto con la música y los efectos de sonido, para llegar al oyente. Si a este carácter de exclusividad que adquiere la voz le añadimos elementos como la interpretación y el texto teatral, dramático o de ficción, damos con las claves del radioteatro. El resultado de esta jugosa ecuación no deja de ser algo mucho mayor que la suma de sus partes. 

En 1938 Orson Welles retransmite en la radio de EE.UU. una adaptación radiofónica de la novela de ficción La guerra de los mundos, convirtiendo aquel momento en uno de los más emblemáticos de la historia de la radio.

¿Por qué deseamos reinventar este género?

Hoy en día en la mayoría de trabajos de doblaje, la grabación de las pistas se realiza en bandas a parte, es decir, cada actor o actriz graba su papel sin más presencia que la del director y el técnico. No hay escucha del otro, no hay réplicas. Esto hace que, de alguna forma, la esencia de la interpretación se pierda un poco a favor de cierta rapidez y precisión para que el producto final salga adelante cuanto antes.

 

Ante este modus operandi, el radioteatro se nos presenta como una oportunidad de reanimar esa forma de hacer de antes, ese ‘codo a codo’ en el atril, esa magia de grabar sin cortes, escuchando con atención las palabras del compañero para hacer fluir con más naturalidad las propias. A diferencia del doblaje, en el radioteatro no existe referencia de otro intérprete, ni necesidad de sincronizar palabras, ni respiraciones medidas ni volúmenes o tonos a imitar. La interpretación es infinitamente más libre y queda al servicio del texto y de la habilidad del actor para transmitir aquello que su personaje le exige.  

 

En definitiva, no hay mayor intención en este proyecto que la de aprender y disfrutar haciendo volar la imaginación de los oyentes, al tiempo que contribuimos a la perpetuidad del medio radiofónico en uno de sus formatos más actuales, como es el podcast, para hacer llegar obras de todo tipo al mayor número de gente posible. 

¿Cómo lo vamos a conseguir?

Es curioso sentir nostalgia por una época que no has vivido. De alguna forma, el radioteatro evoca un poco esa sensación. Por ello, queremos crear un puente entre la memoria y el presente, coger la esencia de la tradición y adaptarla a nuestro tiempo. Queremos quedarnos con lo mejor que cada época nos ofrece: forjar un modo de hacer anacrónico con herramientas actuales, como la edición en postproducción de los efectos de sonido o la difusión en Internet.

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