Somos versusTRAC
¿Cómo ha surgido la idea de formar este colectivo?
Hace algún tiempo fuimos a ver una obra de radioteatro en vivo y en directo y esa forma de interpretación despertó en nosotros un deseo irrefrenable de experimentar aquello. Era genial ver cómo los actores y actrices transmitían tantas emociones, actitudes y estados de ánimo únicamente a través de la voz. Todo parecía encontrarse en perfecta armonía gracias a un director que, como en un concierto para orquesta, coordinaba todas las intervenciones actorales y técnicas.
Pero hubo algo que nos sorprendió por encima de cualquier otra cosa y aquello fue sin duda lo más curioso: comprobamos que paradójicamente todo se veía con mucha más claridad... si cerrábamos los ojos.
¿Quiénes somos?
Ante todo, somos amantes de la interpretación. Nos atrae muchísimo la idea de que el oyente atienda a una historia contada en boca de sus protagonistas. Y es por eso que hemos fundado versusTRAC, una compañía de radioteatro de (y para) actores y actrices profesionales que puedan venir del doblaje, del teatro o incluso de la radio. Se trata de un grupo abierto a cualquier colaboración o propuesta que implique dar vida a monólogos, textos dramatúrgicos, guiones, sketches cómicos o, en resumen, cualquier texto que pueda enriquecerse con un valor añadido clave: la emoción a través de la voz.
¿Nuestros propósitos como grupo de radioteatro?
Desde versusTRAC nos gustaría dar vida al texto escrito a través de una de las herramientas más importantes del actor: la voz. Sin embargo, un texto no tiene sentido sin un contexto, sin un imaginario al que dirigirla. Y por eso queremos que sea la propia creatividad del espectador la que dé forma al aspecto de los personajes, al diseño del escenario, a la ambientación del relato y, en definitiva, que cualquier detalle visual quede a elección del oyente.
Si uno se aferra siempre a los mismos medios para encontrar su propia energía, se vuelve predecible. Y la voz precisa de una liberación, de una expresión orgánica que aporte autenticidad a lo que se dice. La emoción se erige entonces como medio para alcanzar esa verdad y, por supuesto, para hacerla llegar a los demás.
Como decía un profesor, somos instrumentos del universo y, a pesar de la conciencia del ser, en el arte de la interpretación debemos ser capaces de vaciarnos de nosotros mismos.